Quiero abrir este preámbulo con una serie de agradecimientos a quien a mi entender han hecho posible este breve recorrido poético. En primer lugar, Montserrat Nagel Martinez incombustible y de una convicción moral fuera de toda duda, el pilar de todo lo que aqui se pueda dirimir estéticamente, sin ningún género de dudas. A Judith López Nagel y Michelle ( culpable, también, puesto que durante mi estancia en la unidad de agudos de psiquiatría me dejó una serie de lecturas poco dulces, pero que ha propiciado esta iniciativa poética). A Juanjo Andreu, pilar indispensable de mi desarrollo intelectual y emocional. Luz, por su amistad inquebrantable y apoyo en los momentos más complejos. Y seguramente, me dejo en el desván de los recueros, que no del olvido, a aquellos que han contribuido de una forma u otra a todo esto. Esto como sujeto de ficcion inútil, pero esencial.